¿Estás cansado del arroz blanco? A pesar de su facilidad de elaboración y su reinado indiscutible como guarnición –vale, ahí puede que nos hayamos pasado un poco-, el arroz blanco puede llegar a aburrir. La buena noticia es que el arroz blanco, al igual que el papel, lo aguanta y solo tienes que darle un toque para cambiarle completamente el look y el sabor. Y además no necesitarás casi tiempo. No es la primera vez que el arroz blanco entra en nuestra sección de #FastFood, ni será la última… We <3 you, arroz blanco, a morir.
¿Estás listo? Vamos allá… receta de arroz blanco con espinacas.
INGREDIENTES (para 4 comensales)
- 3 tazas de arroz blanco
- 300g de espinacas (o las que quieras, no te cortes)
- 6 tazas de agua
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- AOVE
- sal y pimienta
ELABORACIÓN
Paso 1 – Picar la cebolla y el diente de ajo
Cuánto más finito mejor, sobre todo el ajo. Como puedes ver, lo único complicado de este paso es no llorar al cortar la cebolla. Hay varios trucos para intentar disminuir este efecto colateral tan molesto de las cebollas. Hoy te recomendamos uno: quita la piel de la cebolla debajo de un buen chorro de agua. También puedes dejarlas a remojo durante un ratito antes de ponerte a picarlas.
Paso 2 – Sofreír la cebolla y las espinacas
Pues eso. Añade una cucharada de AOVE a una cacerola y sofríe primero la cebolla, junto con el ajo picadito, y luego las espinacas. Ayúdate de una tapa para que se terminen de hacer las espinacas y remueve de vez en cuando.
Paso 3 – Cocer el arroz
Cuando ya tengas las acelgas bien reducidas y sabrosonas, añade el arroz y rehoga un minuto más o menos. Ahora solo te queda añadir el agua y esperar hasta que el arroz la absorba. ¿Fácil, no? Si estás segur@ con la cantidad de agua que tienes que utilizar (recuerda, cada tipo de arroz es de su madre y de su padre, y tiene un tiempo de cocción diferente y unas necesidades de agua también variables), puedes tapar la olla, pero si no te fías de haberle cogido el truco a ese arroz en concreto, no tienes que preocuparte tampoco: deja la olla abierta y échale un vistazo. Y si ves que el arroz se está quedando corto de agua, no te cortes, échale un poquito más… 😛
CONSEJO: Como esto pretende ser una receta #FastFood, es mejor que tengas el agua caliente preparada. ¿Cómo? Puedes ponerla a hervir en un cazo mientras haces las espinacas o también darle caña en un hervidor de agua, que para eso están… 😉
EMPLATADO
Para emplatar este arroz blanco con espinacas solo hace falta imaginación y/o moldes de emplatado. Ya sabes, esos que tienes tantas formas y son tan divertidos. Nosotros nos hemos decidido por uno en forma de corazón –porque esta receta es sana, sanísima-, pero puedes utilizar el que más rabia te dé. Si no tienes moldes de emplatado, también puedes utilizar una taza de café, un bol pequeño, un vaso de sidra mini (los “chatos”) o cualquier otra cosa que te ayude a dar forma al arroz.
Esta receta te sirve tanto de plato principal como de coqueta guarnición para carne o pescado, tú decides. La otra elección que te queda ahora por hacer es qué ver mientras degustas el arroz. Nuestra recomendación audiovisual del día, sobre todo si eres de aquellos que piensan que el arroz blanco es soso y nada atrevido, es The Girlfriend Experience. Porque el cóctel de prostitución de lujo, cinismo, arribismo, manipulación, desnorte vital y frialdad emocional hay que rebajarlo un poco con algo tan sobrio como este plato… 😛
Aquí debajo el tráiler de la serie, para que veáis que no mentimos:
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¡Buen provecho!
Dave
Pues si que es verdad que le da un toque las espinacas! 😛